domingo, 14 de agosto de 2011

*Capítulo 1*

En ese momento solo quería morirme. Veía como todas las cosas que me gustaban se iban disolviendo. Sin duda, esto era lo peor que me podía pasar.  Tenía miedo, estaba asustada, pero sobre todo, lo que quería era huir. Encogerme hasta  desaparecer y no emerger a la superficie en años. Pero sabía que eso era imposible. Mi mundo se había venido abajo al escuchar una sola palabra: Mudanza. Por supuesto que no era una mudanza general, mi familia no iba a acompañarme en esto, y eso lo hacía incluso más horrible.
No, era yo la única que se iba, y nada más y nada menos que  a Estados Unidos. No me imaginaba la vida lejos de Canadá, el hogar de Avril Lavigne y de  Three Days Grace, mi hogar.  Todo para ir a un maldito internado en el lugar más remoto USA. Sí, definitivamente, morirse era la mejor opción.
-¡Jacqueline! ¡Abre la puerta, por favor!
-¡No! ¡Déjame en paz!-dije yo, haciendo más presión sobre la puerta.
Exacto, al no poder desaparecer, había optado por esconderme en mi  habitación con la música a todo volumen  y bloquear la puerta. Era algo que había hecho desde los ocho años, siempre  en situaciones similares, así que había desarrollado una técnica infalible a la hora de bloquear la puerta.
-Jackie, ha venido Holly. No puedes dejarla esperando en la puerta.
Asomé la cabeza por una pequeña rendija que abrí  entre la puerta y yo. Pero en lugar de encontrarme la melena rubia platino que caracterizaba a Holly, me encontré con el pie de mi madre, bloqueando la puerta y bloqueando así también toda posibilidad de huida. 
-¡Déjame! Mamá, quita ese pie de la maldita puerta.
-No, en serio, Jackie. Holly está en el salón, esperándote, así que deja de portarte como una idiota y ve.
Resoplé. Sí, era cierto,  me estaba comportando como una auténtica imbécil, pero no sabía de qué otra forma podía reaccionar. No me era sencillo aguantar la compostura y ser la chica sencilla y amable que había sido antes.
-De acuerdo.-dije al fin.- Ahora bajo. Dila que me esperé en el  Blue Palm Café.
Nada más  oí a mi madre bajar por la escalera, fui corriendo a mi armario y saqué mi camiseta negra de Nirvana.  Si Holly sabía que me iba, también la llevaría puesta, sino, solo con verla lo sabría.         Esa camiseta tenía un significado especial para ambas, y la razón era muy simple: cuando una de las dos se marchaba, oíamos Smell like teen spirit las dos juntas, vistiendo nuestras camisetas de nirvana y prometiendo así que no nos iríamos para siempre, que nos volveríamos a ver.
Aunque hoy  tenía la sensación de que, lamentablemente, iba a ser la última vez que escuchara Smells like teen spirit con la compañía de Holly.
Terminé de arreglarme conjuntando mi camiseta con mis pitillo negro y mi cinturón con tachuelas, y rematándolo con mis botas militares favoritas.
Bajé corriendo las escaleras (procurando antes dejar  toda la ropa sucia por el medio, el ordenador  encendido, y demás cosas que sabía que iban a horrorizar a mi madre como venganza)  mientras revisaba mi móvil en busca de mensajes.
Nada.
Al parecer, Holly era la única que lo sabía. Conociendo a mi grupo de amigas, en cuanto se hubieran enterado hubieran  llenado de mensajes mi contestador y reventado mi muro en facebook. Lo que me dejaba algo pendiente.
 Por fin, llegue al Blue Palm Café.
El Blue Palm Café  era, por excelencia, el lugar  de encuentro de todo mi grupo de amigos. Siempre íbamos a allí, tanto que hasta los camareros se sabían ya nuestro nombre. Con el tiempo, tanto Stefannie (otra de mis amigas) como yo habíamos conseguido un empleo allí. Otra cosa que perder. La lista se hacía más larga por momentos.
Abrí la puerta con nerviosismo, revisando cada centímetro del local en busca de Holly, pero me sorprendió no encontrarla en nuestro rincón habitual, sino en la barra, parloteando con un chico de espalda ancha, pelo castaño y camiseta azul.
Me acerqué hacia ella, con una sonrisa triste y las manos en los bolsillos, esperando alguna reacción. Ella se limitó a saludarme con la mano, señalar su camiseta de nirvana y avisar a su compañero, que se giró inmediatamente y me dedicó una mirada apenada, pero llena de dulzura.
 Y fue entonces cuando reconocí  al chico que  la acompañaba.
Lo único que pude hacer fue saltar hacía él y derretirme en sus brazos.

4 comentarios:

  1. Mixxieeee!! Ese chico quien es?? O.O QUIERO SABERLOO!!! Por lo demás,lo amo *-* me encanta, es genial (: y quiero mas porfaas!

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  2. QUE GUACHIIIIIIIIIIIII!! *_*
    PUBLICA MAS,PUBLICA MAS! QUIERO SABER QUIEN ES ESE CHICO *¬*
    Besos!!

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  3. wwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwiiiiiiiiiiiiii! ME ENCANTAA! TE SIGO, TE SIGO TE SIGO <3333

    ¿QUE ESCRIBES MAL? Y YO SOY PEPITO GRILLO! TT

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